Cumpliendo con la misión encomendada por Nuestro Señor, los Heraldos del Evangelio recorren diversas ciudades y países, llevando la Buena Nueva, el mensaje de la Iglesia y la presencia maternal de María Santísima.

Durante las Misiones, la Imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima visita los hogares, y los Heraldos del Evangelio invitan a las familias a integrarse en la vida parroquial. Al final de la Misión, la imagen de Nuestra Señora es coronada por el párroco local en un emotivo homenaje celebrado por toda la comunidad.

La Misión también se extiende a los enfermos, presos y familias necesitadas, realizando un verdadero “rayos X” de su participación en la vida parroquial. Al concluir, se entrega al párroco un informe detallado de este censo, brindando a las pastorales parroquiales la oportunidad de dar continuidad al trabajo misionero.

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